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Historias de Cobayo, Medusa & Mangosta

 

El número aquel

Durante 34 semanas consecutivas y aleatorias entre sí,
Cobayo porta en su bolsillo un papel de 34 semanas de edad
otorgado por una mangosta, hoy, 34 semanas mas viejo
que el dia en que le entrego dicha nota 34 semanas mas joven.
La nota tenía 34 arrugas y en cada una, 34 pequeñas y metódicas micro arrugas,
Cobayo intentó abrirla para descifrar el código
pues, convencido de que las Mangostas codifican
hasta lo mas incierto que encuentran en sus bolsas,
creyó que esta no sería la escepción
y buscó en el cajón de la cocina, tenazas de cocina
y en un gesto cocinero procedió a abrirla.
Al primer doblez nada, segundo, nada, tercero, nada,
pero en el doblez 30, el miedo a las letras,
entonces se escondió tras el sofá y la observó,
detenidamente esperó durante 34 minutos.
Pensó en que podrían haber letras gordas y peludas,
quizá letras huesudas y sudorosas
o también, letras temblorosas, Romanas y cínicas,
hasta pensó en letras griegas, siniestras y asquerosamente desnudas,
tomo aire en un vaso con tres cubos de hielo,
respiró profundo para evitar una muerte atroz,
hasta que por fin la abrió para ver su contenido,
cerró los ojos y los abrió con cierta intermitencia
cada 34 segundos los abría durante 34 milésimas
hasta que por último, pudo recién ver su contenido:
"MEDUSA ABSOLUTAMENTE DESCONOCIDA"
(Nota 34 semanas añeja)
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